8.3.10

PUBLICADO EN ... "O lobo de Cee"




Artigo de Ramón Pernas
Publicado no diario “La Voz de Galicia” – 6-marzo-2010

“Siento admiración y respeto por los lobos. Sus historias siempre me fascinaron y suscribo con Risco, un cierto parentesco por la parte de la licantropía con el pueblo gallego. La nación luparia y la república de los raposos pueblan la memoria faunística de Galicia y ambas manadas que habitan nuestros bosques gozan de mi simpatía.
Uno de estos ejemplares, un lobo campesino y sentencioso, fue abatido en Cee después de atacar a un pastor.
Muerto el lobo, acorralado por dos mastines y ensartado con una horquilla como si fuera un ejemplar irmandiño atacando una fortaleza, los veterinarios descubrieron a una escuálida alimaña que no pesaba más de treinta kilos y estaba en el último tramo de una vida que se cifraba en doce o trece años, lo que para esta especie es una longevidad provecta.
Desdentado, con solo cuatro piezas dentales, los antaño desafiantes colmillos, y cojo, renco con una importante lesión en una de sus patas por mor de cepos y trampas, el pobre lobo era el rigor de las desdichas, un verso suelto en el poema épico de hazañas y fechorías que llenaron relatos populares que se encadenaban con la mejor oralidad narrativa, contados en las frías noches de los inviernos antiguos.
Bien sé yo que nuestro protagonista caminaba por atajos, por caminos secretos hasta Fisterra para ver la mar en donde se acaba el mundo. Su osadía, la gallardía de su raza, no le hubiera impedido acercarse peregrino cabe la cripta de nuestro Señor Santiago que, como es conocido, vela y protege a todas las criaturas creadas por el Sumo Hacedor.
Encontró la muerte en un fría mañana cuando ya las hambres resultaban desesperadas. El lobo divisó trescientas ovejas, su último y mejor botín, las acechó y activando un juvenil espíritu de caza, que todavía existía en una esquina de su memoria, se abalanzó sobre un manjar que recordaba vagamente y se encontró con la guadaña mortal en forma de horquilla.
Yo no quiero ver en las características del animal una metáfora de Galicia; no quiero contar que sufrimos de delgadez extrema, que ya no podemos enseñar desafiantes nuestros dientes, que cojeamos al exigir y reivindicar, al hacer de nuestra autoestima un aullido agudo y prolongado que rompa la larga noche de piedra y silencio.
No seré yo quien escriba la imagen de un país acorralado por mastines y amenazado por la horquilla de una incesante crisis. Quiero pensar que solo es uno más de los viejos nuevos cuentos de lobos, los mismos que ya nos dejaron Fole o Pedrayo en un país tan hidalgo como los ancianos lobos que caminan por sus bosques. Aquella noche por Cee y Corcubión, por O Pindo, y por toda la costa de la muerte se colgó en el cielo la luna llena.”

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